Una vez
que terminamos el proyecto de los alimentos nos metimos de llenos en otro nuevo
llamado “Somos creativos”. Ha sido uno de los más divertidos para nosotros, pero
al mismo tiempo uno de los más dificultosos para nuestros profes, quizá sea
porque nuestra creatividad decrece al tiempo que crecemos nosotros.
Durante
este tiempo hemos hecho multitud de actividades diferentes en las que hemos
demostrado que nuestra creatividad, imaginación y ganas de experimentar están
en plena forma. Por ejemplo, en nuestras habituales sesiones de rincones nos
hemos encontrado con diferentes materiales y nosotros hemos decidido qué hacer
con ellos. Por ejemplo, encontramos tarjetas con vocales, pintura de dedos y
bastoncillos; encontramos pintura y coches de juguete…
También
encontramos muchas cajas de cartón, que se convirtieron en dragones, coches,
casas, camas… o un montón de telas de diferentes colores y tamaños, con las que
pudimos ser superhéroes, fantasmas, princesas…
Y
pudimos poner a prueba nuestra creatividad, utilizando construcciones o
engranajes.
Hemos
descubierto que la creatividad es muy amiga de la imaginación, y uno de estos
días decidimos buscarle otras utilidades, algunas de ellas disparatadas pero
divertidas, a una serie de objetos.
Así unos vasos podían servir de zapatos, un
embudo podía ser un teléfono, o una pequeña zambomba podía ser una nariz. Estas
son algunas de nuestras ocurrencias:
- Silbato:
Sonajero, collar.
- Vasos:
Sombrero de mago, zapatos, ojos.
- Embudo:
Buzo, micrófono para hablar.
- Funda
CD: Gafas, ventana.
- Espátula.
Para cortar, recoger hamburguesas, raspar.
- Sacapuntas:
sujetar lapicero, meter plastilina.
- Vendas:
Para limpiarse el culete, para hacer un gorro.
- Con el
temporizador de cocina, el silbato y la zambomba hacen una banda de música.
En
varias ocasiones, nos vimos en la situación de ser creativos y dar muchas
soluciones a un problema que se nos planteaba. Por ejemplo, cómo desplazar un
coche de juguete sin tocarlo o qué hacer si nuestro/a profe se desmaya en
clase: darle un abrazo, hablarle a su corazón, salir fuera y gritar “MÉDICO”,
llamar por teléfono al médico,… avisar a la clase de al lado.
Pero no
todo iban a ser problemas, Carmen, la mamá de Alba nos envió un cuento titulado
“Las aventuras de un dragón” pero en esta ocasión el cuento no tenía final,
pero eso no fue ningún problema porque nosotros rápidamente nos inventamos uno.
No solo le pusimos final a un cuento, sino que entre todos los compañeros de clase nos inventamos uno. Aquí os dejamos la aportación de las dos clases a la literatura.
Y ya puestos ¿por qué no crear un poema?
Fueron nuestros profes los que escribieron en tarjetas rectangulares, multitud
de frases que agruparon por rimas. Nosotros tuvimos que elegir dos tarjetas del
grupo que quisiéramos. A continuación podéis deleitaros con los poemas
resultantes.
No penséis que esto termina aquí, aún nos queda mucho por contar. Continuará...