Hace ya tres años que conocimos al Mago de la Palabra. Él nos manda cartas de vez en cuando y nos visita a través de la pizarra para contarnos algún cuento. También nos pide pequeños favores que nosotros hacemos encantados.
Hoy hemos tenido la suerte de poder verle
en persona en la Fundación Botín, donde hemos disfrutado con él y con su amigo
Aureo de un par de cuentos. Además, nos han enseñado que hay regalos como una caja o una tela, que pueden ser todo lo que alcancemos a imaginar.
Muchas gracias a la Fundación Botín por
brindarnos esta oportunidad, y al servicio de acompañamiento de la EMT por hacernos
mucho más fácil el viaje.