Una de
las cosas que no os hemos enseñado este curso son nuestros avances en robótica,
más concretamente en programación. Era una de las actividades más esperadas
porque unas veces programábamos a nuestro pequeño ratón, al que algunos llaman
Chispa, otras veces el robot éramos uno de nosotros o incluso un dinosaurio que
trataba de comernos.
Lo más
difícil ha sido programar en equipo, pues hemos tenido que dar explicaciones a
los compañeros, en otras ocasiones hemos tenido que ceder, pero al final
conseguíamos ponernos de acuerdo.
Todo
esto nos ha ayudado a la hora de hacer secuenciaciones, en la adquisición de la
lateralidad, en el desarrollo del razonamiento espacial y del pensamiento
lógico, ha reforzado el trabajo colaborativo y ha aumentado nuestra capacidad
de superación.