A
principios del curso pasado, al tiempo que comenzábamos con el proyecto
“Educación responsable” de la Fundación Botín, conocimos un personaje muy
especial: “El Mago de la Palabra”. Con él nos hemos estado carteando, y de vez
en cuando le hemos podido ver, ya que convertía la pizarra digital en una
ventana mágica para contarnos algún cuento y pedirnos algún que otro favor.
En su
última carta, nos invitaba a conocerle en persona y de esta manera poderle
entregar personalmente su último encargo.
Nerviosos
y emocionados, nos dirigimos a la dirección que nos dejó en su carta y allí
estaba su casa mágica. Nos contó un cuento, nos dejó con la boca abierta en más
de una ocasión y pudimos hacernos una foto con él.
Muchísimas
gracias Mago por mantener viva nuestra ilusión.