Uno de los días de esta semana salimos al patio y allí nos contaron la historia de un monstruo amarillo que salió a dar un paseo por un camino muy estrecho. No lejos de allí, también vivía un monstruo azul que había salido a pasear por el mismo camino. No tardaron en encontrarse de frente y uniendo sus manos empezaron a empujarse para intentar pasar. ¿Qué pasó después? Eso lo tuvimos que averiguar nosotros mismos que colocados en dos filas enfrentadas y con pintura de dedos en las manos, nos convertimos en monstruos amarillos y azules. Después unimos las manos intentando vencer al monstruo que teníamos enfrente. Rápidamente nos dimos cuenta que las manos empezaban a ponerse verdes, ¡nos habíamos convertido todos en monstruos verdes. Desde aquel día los dos monstruos verdes son amigos y salen juntos a pasear.
Otro día conocimos a un
pintor famoso llamado Edvard Munch que pintó muchos cuadros, algunos de ellos
con gente muy triste. Nosotros nos hemos centrado en uno que se llama “El grito”
y con esta pintura hemos realizado un veo, pienso, me pregunto.
Al igual que Munch, también
nosotros somos artistas y en uno de los rincones hicimos monstruos con trocitos
de papel que recortamos. Otro día hicimos otro monstruo mezclando pintura amarilla
y azul.
No podía faltar un cuento,
que en esta ocasión fue “Una pesadilla en mi armario” de Mercer Mayer. Un
cuento corto, sencillo y divertido para trabajar las pesadillas.
Muchos de nosotros tenemos
miedo a la oscuridad, por eso nos bajamos al hall de infantil donde jugamos en
completa oscuridad y descubrimos que también puede ser divertida.