La
señorita z es la encargada de sacar de paseo a los príncipes. A ella le gusta
que los niños hagan todo a tiempo; pero un día se volvió muy enfadado porque el
príncipe E se subió a un árbol, se rompió los pantalones y casi se cae. Regaño
al príncipe y se lo contó a sus padres.
Otro día
el príncipe E y la princesa I se escondieron en un campo de flores,
estropeándolo; además la Z no les veía, pensaba que se habían perdido y se
asustó, aunque la travesura más grande la hicieron el día que les llevo al circo.
Se sentaron muy formales en sus sillas, pero como la función tardaba en
empezar, comenzaron a aburrirse, no paraban de moverse en la silla, levantarse,
sentarse…y en un despiste de la señorita Z se volvieron a escapar y durante
toda la actuación del circo estuvieron haciendo travesuras. La señorita Z se
enfadó tanto, tanto, que cogió al príncipe E y a la princesa I, de la mano y
regresaron a palacio hasta donde estaban los reyes y dijo: “señores aquí tienen
a esta pareja revoltosa y desobediente. Pueden mandarme lo que quieran menos
que vuelva a salir con estos príncipes, ¡¡nunca volveré a salir con ellos!!” y
lo cumplió. Desde entonces la señorita Z casi nunca acompaña al príncipe E ni a
la princesa I; sin embargo, si va con el rey U, la reina A y la princesa O.
Los
reyes pensaron que los príncipes traviesos no podían volver a salir de palacio
sin alguien que los acompañase. Estuvieron buscando quien quisiera hacerse
cargo de ellos, porque además que los príncipes I y E se quedaban tristes en el
palacio, los reyes y la princesa O les echaban de menos y se aburrían.
Todos
los miembros de la familia real comenzaron a pensar que solución podían tomar,
al igual, que todas las letras del país. Y de repente un día, cuando la
señorita C salió del hospital, se sorprendió
al ver las caras de preocupación que tenían todos y se acercó a preguntar que
ocurría. Cuando se enteró del problema, se preocupó y empezó a pensar que
solución tomar para poder ayudar y pensó que aunque tuviese mucho trabajo,
algún día tendría tiempo libre y podría ayudar encargándose de sacar de paseo a
los príncipes.
Fue a
hablar con los reyes, al palacio, para explicarles su idea, y rápidamente
comenzó con su nueva tarea, ya que a los reyes les pareció la mejor solución;
aunque antes la advirtieron que los príncipes disfrutan mucho haciendo
travesuras, que les tendría que vigilar para que no causasen ningún problema,
que no hiciesen enfadar a nadie y no estropeasen los jardines.
Los
reyes comunicaron la solución a los príncipes y estos se pusieron muy alegres
cuando se enteraron. El primer día que la enfermera C fue a buscar a los
príncipes traviesos I y E, se llevaron un gran susto, creyeron que la enfermera
iba a ponerles una inyección y se escondieron debajo de la cama; pero la
enfermera C con toda su paciencia les explico que llevaba el uniforme porque si
no, no les daría tiempo a poder hacer muchas actividades como recoger cerezas,
ir al cine o a cenar.
Aquí os
dejamos los cuentos de la señorita Z y la enfermera C:
Después
de escuchar las historias, hemos visto y escuchado las canciones, hemos pensado
y dicho algunas palabras con Z y C, hemos contado sus sílabas y hemos estado
muy atentos en recordar que la Z sólo acompaña a la U, A, O y la C a la I y E.
Ahora
que ya conocemos a la señorita Z y a la enfermera C, podemos leer nuevas
palabras porque estas dos letras acompañan a todos los miembros de la Familia
Real:
Cuando
la señorita Z habla con la reina A, suena za.
Cuando
la señorita Z habla con la princesa O, suena zo.
Cuando
la enfermera C habla con la princesa I, suena ci.
Cuando
la enfermera C habla con el príncipe E, suena ce.
Para
practicar en casa, nuestras profes nos han dejado la siguiente ficha de
lectura:
Os
dejamos unas fotos para que veáis como leemos y escribimos nuestras primeras
palabras con la señorita Z y la enfermera C.