Continuamos con el arte, pero
esta vez le damos paso a la música.
Hemos escuchado la sinfonía del reloj de Haydn. Hemos cerrado los ojos e imaginado
lo que nos transmitía esa melodía y, tras esto, la hemos analizado: si era
rápida, lenta, alegre, triste, qué nos hacía sentir….
Una vez hecho esto, hemos estado
hablando sobre las orquestas: cuántos músicos hay, qué variedad de
instrumentos, el papel que desempeña el director, qué utiliza para ello y,
finalmente hemos practicado en gran grupo que luego hemos dividido en subgrupos
cómo sonaría nuestra propia orquesta.
Hemos aprendido que podemos
marcar el ritmo con el pulso del corazón, por lo que hemos nombrado a un
director de orquesta que nos marcase el pulso; hemos cogido un instrumento cada
uno y, al ritmo que nos marcaba nuestro director, hemos creado cada grupo
nuestra propia sinfonía. ¡Ha sido tremendamente divertido!