Ya sabemos por qué
nuestra amiga H se quedó muda, y también sabemos que los reyes decidieron, que
podía empezar algunas palabras o ir en medio de otras, pero la H no era feliz
del todo, porque no podía hablar.
Un día, la H se tomó
un vaso de naranjada muy fría, se puso malita y tuvieron que llamar a la
enfermera C, que estuvo cuidándola hasta que mejoró. Pero como se había quedado
muy pálida y débil, la doctora T le recetó salir a dar paseos y tomar el sol.
La enfermera C
acompañaba en silencio a la H en sus paseos, hasta que esta estornudó y el
señor Estudioso que estaba por allí, pensó que era una nueva letra, cuando en
realidad eran dos. De este modo, la H pudo hablar junto con la C, y desde
entonces, cuando va acompañada de la C habla como si hiciera el ruido del
estornudo.
Ahora que sabemos
que la “h” también puede hablar siempre que vaya acompañada de la “c” y suena
de la siguiente manera:
Cuando la ch habla
con el rey U, suena chu.
Cuando la ch habla
con la reina A, suena cha.
Cuando la ch habla
con el príncipe E, suena che.
Cuando la ch habla
con la princesa I, suena chi.
Cuando la ch habla
con la princesa O, suena cho.
Para practicar, los
profes nos han facilitado la siguiente ficha de lectura: