02 diciembre 2018

Una clase con magia (3 años)

Nadie puede negar que vivimos en un mundo mágico, aunque en ocasiones no nos demos cuenta. Para nosotros, muchas de las cosas que pasan a lo largo del día son fruto de la magia, y más aún si estamos en el cole.
Una mañana de lunes, al llegar al cole como de costumbre,  descubrimos en el suelo de la asamblea una caja cerrada, decorada con muchas estrellas de colores. Después de la sorpresa, llegaron las ganas de saber qué contenía y no tardamos en abrirla. Dentro encontramos una barita mágica y una carta de un mago, quien se había enterado que en nuestro colegio hay mucha magia y quería venir a conocernos. No tardamos en recitar las palabras mágicas que contenía dicha carta, para hacerle saber que estábamos deseando conocerle. Dos días después llegó al colegio e hizo algunos trucos de magia con los que pudimos repasar algunos contenidos que estábamos trabajando.



También escuchamos es cuento “Una lección mágica”, basado en el cuento “La ridícula crema invisible” de Pedro Pablo Sacristán. Donde la magia nos ayudó a comprender que pegar a los compañeros puede tener consecuencias desagradables, y es mucho mejor darles abrazos y jugar con ellos.


Hemos aprendido que los magos también hacen pócimas, y nosotros con nuestros profes hemos hecho una con los siguientes ingredientes:

   3 Medidas de polvo de caracol (harina)
   1 Medida de moco de elefante (sal)
   3 Cucharadas soperas de pis de mono (aceite de girasol)
   Sangre de araña (colorante alimenticio rojo)


Después de mezclarlo todo, conseguimos una masa como la plastilina que disfrutamos manipulando y nos pudimos llevar a casa.


Pero lo que no nos podíamos imaginar es que algunos papás/mamás también saben hacer magia. Una tarde vinieron el papá de Guillermo y los papás de Triana, con ellos, pudimos disfrutar de algunos trucos de lo más divertidos. Mil gracias por vuestro tiempo, esfuerzo e ilusión.


Nosotros también queríamos convertirnos en magos, y para conseguirlo, comenzamos a trabajar duro, empezando a practicar algunos trucos de magia que nos enseñaron los profes o que trajimos de casa para enseñar al resto de compañeros.


Aunque día a día nuestros progresos como magos/as eran espectaculares, necesitábamos un buen traje de mago que no dudamos en fabricar. Solo necesitábamos una bolsa negra, una cartulina del mismo color, pero sobre todo muchas estrellitas de colores.


Y llegó el momento tan esperado, ese día en el que supimos que estábamos a punto de ser magos/as de verdad. Nos quedaba recitar el “Conjuro del cariño” y recibiríamos el ansiado diploma que acredita todo nuestro esfuerzo e ilusión.





Para terminar queremos mostraros nuestros rincones de exposición, donde hemos ido colocando todas y cada una de las aportaciones que hemos ido haciendo con la ayuda de nuestras familias. Muchas gracias por vuestra ayuda.

Y por arte de magia hemos terminado esta mágica aventura.
¡Hasta la próxima!