11 diciembre 2016

El fin de los miedos (4 años)

Hace ya algunas semanas al entrar en el aula, la luz era muy débil y en medio de la asamblea había una caja que no sabíamos que podía contener. Nos sentamos alrededor, nos armamos de valor y decidimos abrirla. En su interior descubrimos una linterna, que nos dio pie para hablar de su utilidad y terminar contando nuestros miedos.
Una de las cosas que nos daba miedo eran las sombras, pero hemos descubierto que siempre están a nuestro lado y resulta divertido jugar con ellas. Hicimos sombras con nuestras manos en la pizarra digital, pero nos gustó más aún, salir al patio y repasar con tiza las sombras monstruosas que hacía nuestro gemelo. 

Uno de nuestros grandes miedos era la oscuridad, pero hemos descubierto que gracias a ella podemos hacer juegos muy divertidos. Para ello, cada uno llevamos al cole una linterna y una de las tardes estuvimos jugando al escondite en la oscuridad, jugamos libremente con las linternas, hicimos sombras y les pusimos filtros de colores.


 
Superar nuestro miedo a los monstruos, nos ha ayudado a dar rienda suelta a nuestra creatividad.
Primero, nuestros profes dibujaron un monstruo siguiendo nuestras indicaciones, después pudimos hacerlo nosotros libremente. Además, con témpera fluorescente y ayudados de una bola de papel aluminio hemos hecho monstruos en nuestro cuaderno de arte.

Otra de las actividades estrella de estas semanas han sido los cuentos que tratan sobre el miedo. Los ha habido para todos los gustos: 
   - libros impresos

                            





   - digitales

   - interactivos… 

Otro de los días, redujimos la luminosidad del aula, pusimos música tenebrosa y nos desplazamos convertidos en fantasmas, vampiros, brujas, ogros, monstruos, momias, zombies…
También hemos aprendido una poesía muy graciosa sobre muchos de estos personajes.

“Para perder el miedo”

Yo no tengo ningún miedo
de fantasmas fantasmones.
El miedo me importa un bledo,
pues se espanta con canciones.

Se le ha roto el calcetín
al vampiro Draculín
y todo el mundo le ve
el dedo gordo del pie.

Dicen que al fantasma Guido
la sábana le ha encogido
y ahora, de frente o de espaldas,
siempre asusta en minifalda.

Hoy la bruja Genoveva
ha estrenado escoba nueva
y al conducir, pobrecilla,
se choca con lo que pilla.

Como tiene el dragón Pío
tres cabezas -¡vaya lío!-,
cuando está muy resfriado
estornuda por tres lados.

A la giganta Marisa
ser tan alta le da risa:
se le enredan en el pelo
todas las nubes del cielo.

Se lleva la monstrua Paca
un libro si va a hacer caca.
Lee sin perder puntada
riéndose a carcajadas.

Yo no tengo ningún miedo
de fantasmas fantasmones.
El miedo me importa un bledo,
pues se espanta con canciones
(Poema extraído del libro: ¡Qué miedo!, Carmen Gil, Ed. Aljibe)

Y como nos apasiona cantar, no podía faltar una canción relacionada con el tema: “Juan sin miedo”


Por si aún nos quedaba algún miedo, hemos construido un monstruo al que hemos puesto nombre. Es un monstruo muy especial, porque además de ser fruto de nuestro trabajo y nuestra creatividad, se encarga de comerse todos nuestros miedos. Para ello dibujamos ese miedo en un papel y nuestro monstruo se encarga de hacerlo desaparecer.
            


Y como siempre, con la colaboración de nuestras familias hemos construido nuestro rincón de exposición sobre el miedo.